La breve historia de Sodoma y Gomorra

18.02.2022 18:58

En el Génesis del Antiguo Testamento se narra la destrucción de Sodoma y Gomorra, dos ciudades-estado de las cinco que según la Biblia conformaban el valle de Sidim a orillas del Mar Muerto. Dios arrasó ambas ciudades con fuego y azufre como castigo por los pecados cometidos por sus habitantes, bien conocidos por su excesivo apego a los bienes materiales, lujos, vicios, pecados carnales e incluso conductas crueles y sanguinarias con los visitantes o forasteros.

Cuando Abraham y su sobrino Lot llegaron de Egipto a las tierras prometidas de Canaán (actual Líbano, y por extensión, actuales tierras israelíes), se vieron obligados a separarse dada la escasez de tierras para sus ganados. En un acto de gran generosidad, Abraham dio a escoger a su sobrino dónde quería establecerse, y éste eligió las tierras fértiles al este del río Jordán, cerca de las ciudades de Sodoma y Gomorra. Abraham se estableció con su familia en Hebrón.

Tal fue la envergadura de los pecados que se cometían en Sodoma y Gomorra, que Dios envió dos ángeles a casa de Abraham para anunciar su destrucción. Tras varios intentos de intermediar a favor de los sodomitas (su sobrino Lot vivía muy cerca), Dios le respondió que, si encontraba diez hombres justos en Sodoma, la ciudad sería perdonada.

Los dos ángeles llegaron a casa de Lot en las afueras de Sodoma. Los sodomitas, al enterarse de la llegada de dos forasteros a casa de Lot, acudieron en masa para violarlos, y en un intento de salvar la situación, Lot ofreció a sus propias hijas a los depravados que asaltaron su casa, para que éstos hicieran lo que quisieran con ellas.

Los ángeles, al no encontrar más de un hombre justo en la ciudad, decidieron seguir adelante con el plan de Dios de arrasar Sodoma y Gomorra. Pidieron a Lot y a su familia que huyeran montaña arriba sin mirar hacia atrás. No obstante, su mujer Sara, no pudo evitar girarse en el camino y contemplar el fuego que arrasaba todo aquello que acababan de dejar atrás. Al no haber obedecido la orden de los ángeles, Sara se convirtió allí mismo en una estatua de sal.

Actualmente no hay evidencias científicas concluyentes de la existencia de Sodoma y Gomorra ni de su destrucción tal y como se describe en la Biblia. No obstante, existen evidencias de erupciones volcánicas, terremotos e incluso de algún desastre motivado por el impacto de un asteroide, que se produjeron en épocas cercanas y que pudieron haber afectado a estas tierras. Según la descripción detallada que nos facilita el Antiguo Testamento, el lugar del valle donde Sodoma y Gomorra se situaban, estaría hoy en día sumergido bajo las aguas saladas del Mar Muerto.

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