"Tú serás una gran maestra"

26.01.2015 16:56

“Tú serás una gran maestra”. Ésta es la frase que oía casi a diario por parte de mi aitxitxe (abuelo). Desde que tuve uso de razón hasta que se fue a mis trece años no dejaba de repetírmelo. A pesar de ser muy niña me sentía intrigada por el valor que él le daba a ser maestra. Mi madre me explicó una vez, que en su época ser maestra representaba el máximo reconocimiento para una mujer a nivel cultural, intelectual y social.

La cuestión es que yo pensaba que nunca sabría lo suficiente para dedicarme a la enseñanza. Obviamente es un pensamiento. Podría enseñar muchas cosas, pero el matiz está, no tanto en la satisfacción que pudieran sentir mis alumnos, sino más bien en la satisfacción que pudiera percibir yo misma. Jamás me sentiría realizada enseñando mis conocimientos… porque jamás me parecen suficientes.

Ayer me nombraron Maestra. Maestra de Reiki Japonés Tradicional. Cuando descubrí el Reiki, dentro de mí se encendió una lucecita que me recordó aquellas palabras de mi aitxitxe: “Tú serás una gran maestra”. No sé si seré una “gran” maestra, pero lo que sí sé es que es parte de mi camino en esta vida, y afortunadamente he dado con él. El Reiki me ha dado lo que necesitaba en el momento en que lo necesitaba. Lo mejor es que me di cuenta de que por fin tenía un aprendizaje sin punto final, es decir, un camino no tanto de conocimiento sino de sabiduría, que jamás llegará a su fin… y la transmisión de ese “milagro” a los demás, sí me satisface.

A mi forma de entender, el proceso de “Ser Maestra” comienza el primer día que te conceden el título. Ese día te comprometes a una forma de vida, a una filosofía de vida que te acercará a la Maestría. Mientras tanto aprendemos todos en el camino, tanto la Maestra como los alumnos. Un aprendizaje sin fin, con límites "universales". Con cada paso que se avanza se siente más desapego a la vida habitual que conocemos en la sociedad, y la sensación de plenitud, felicidad y paz es cada vez mayor.

En muchas ocasiones me han preguntado por qué no todos los que comienzan a hacer Reiki acaban siendo Maestros… total, pagando los cursos puedes obtener el título fácilmente. A lo largo de este proceso he podido observar dos hechos: el primero, es que para la mayoría de las personas, destinar una suma económica a obtener una formación no entra dentro de sus prioridades vitales. Lógicamente en la vida real hay muchas obligaciones que atender, y es comprensible que no se pueda destinar a cursos de formación un dinero imprescindible para cubrir nuestras necesidades básicas. El segundo hecho, y que yo he podido vislumbrar en multitud de personas, escondido tras el escudo económico, es que pocas de ellas están dispuestas a comprometerse con una nueva filosofía de vida, que inevitablemente te aísla del sistema y te envuelve en una felicidad divina.

Cuando llegas a tocar, aunque sea con la punta de los dedos, la esencia del Reiki, te das cuenta de que hay un mundo nuevo por descubrir, verdaderamente un mundo desconocido para nosotros. Al conectar con el mundo espiritual encuentras un refugio, una guarida, una salvación permanente dentro de tu propio ser. Ahí siempre estás a salvo. Es como si cogieras de la mano a la niña (o niño) que un día fuiste y lo protegieras con toda tu alma. Visualizo un círculo de fuego intenso a mi alrededor, las manos cruzadas sobre mi pecho y mi niña sentada en mi regazo protegida por la calidez de mis brazos. Creo que es el mejor regalo que nos podemos hacer.

A partir de hoy comienza mi compromiso con una nueva forma de vida. No sé a dónde me llevará, ni los cambios que supondrá en mi vida. Me siento tranquila y feliz porque sé que es uno de los caminos elegidos con el corazón, y tanto el comienzo de toda esta aventura, el transcurso y el momento presente, han estado repletos de “casualidades” magníficas… y pensamientos materializados. Cuanto más profundizo más acompañada me siento. ¡Espero que sigáis ahí para apoyarme en la aventura!

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